Sí, puedo cambiar
Dios, que ha pasado por alto esos tiempos de ignorancia, ahora quiere que todos los seres humanos, en todas partes, se arrepientan…
Hechos 17:30 (RV 2020)
Arrepentimiento significa cambiar, muchos piensan que son muy mayores y que están tan aferrados a su estilo de vida, que no pueden cambiar. Aunque no hacerlo signifique su ruina total; tristemente no es algo nuevo, el hombre piensa que un cambio no es imposible.
¿Cómo puedes decir: «No soy impura,
nunca anduve tras los baales»? Mira tu proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que corre de un lado a otro, asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Ninguno que la busque se fatigará, porque en el tiempo de su celo la hallará. Guarda tus pies de andar descalzos y tu garganta de la sed. Mas dijiste: «No, eso es imposible,
porque a extraños he amado y me iré tras ellos».
Jeremías 2:23–25 (RV 2020)
Mira por un instante a Israel, Dios les acusa de su infidelidad y de cómo ellos procedieron como un animal en celo (una hembra), llamando a la nación “dromedaria y asna montés” por su carácter de lujuria e infidelidad. La respuesta: No puedo, a extraños amé y “me iré tras ellos”.
—Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, se acercó al primero y le dijo: «Hijo, vete hoy a trabajar en mi viña». Él respondió: «¡No quiero!». Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al otro y le dijo lo mismo. Este le respondió: «Sí, señor, voy». Pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: —El primero.
Mateo 21:28–31 (RV 2020)
Cuando hay arrepentimiento es posible cambiar. Necesitas oír a Dios y buscar hacer Su voluntad; Él es “paciente con nosotros, pues no quiere que ninguno perezca, sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9). El evangelio de Jesucristo tiene poder para cambiarnos (Romanos 1:16).
Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me fortaleció, porque me consideró fiel y me puso en el ministerio, aún y cuando antes yo había sido blasfemo, perseguidor e injuriador. Sin embargo, hallé misericordia, porque lo hice debido a mi ignorancia y falta de fe.
1 Timoteo 1:12–13 (RV 2020)
Pablo es un ejemplo en las Escrituras de que algunos sí cambiaron; también los hechiceros (Hechos 8:9-13), los asesinos (Hechos 2), así como el apóstol auto nombrado blasfemo (1 Timoteo 1:13), él escuchó el llamado de Dios y obedeció, lavó sus pecados (Hechos 22:16).
¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: ni los lujuriosos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se acuestan con hombres, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos, pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.
1 Corintios 6:9–11 (RV 2020)
Aún los extremadamente inmorales pudieron cambiar (1 Corintios 6:11), fueron lavados, santificados y justificados “en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios”. Hoy como ayer es posible cambiar siendo lavados en la sangre de Cristo (Apocalipsis 1:5).
Dios es su paciencia y amor por nosotros pasó por alto nuestra tiempo de ignorancia (a Su voluntad), Él nos quiere arrepentidos (Hechos 17:30). Un día será Su juicio justo, en Cristo puedes estar listo/a para ser salvo/a hoy y en aquél día; en Él sí puedes cambiar.
… porque ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia por medio de aquel hombre a quien designó y acreditó ante todos levantándole de entre los muertos.
Hechos 17:31 (RV 2020)
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