La corona de la vida
Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
2 Timoteo 2:5 (RV 2020)
Mientras el apóstol Pablo instruye a Timoteo de ser fiel hasta el final (Apocalipsis 2:10), le invita a ser parte de una legítima lucha, de sufrir con él como un buen soldado de Jesucristo (2 Timoteo 2:3). Si voy a ser coronado debo luchar por Cristo, fielmente.
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro alcanzar aquello para lo cual fui también alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: me olvido ciertamente lo que queda atrás y me extiendo a lo que está delante, es decir, prosigo al blanco, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:12–14 (RV 2020)
Pablo, como cristiano y apóstol luchó en su vida por “ganar a Cristo” y “ser hallado en Él” (Filipenses 3:8-9); aún no lo había alcanzado ni era perfecto (en Cristo, semejante a Él), sino que luchaba extendiéndose “a lo que está delante”, buscaba llegar “al blanco, al premio”, él buscaba su corona de vida eterna.
¿No sabéis que, aunque todos corren en el estadio, solamente uno se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. De igual modo, todo aquel que lucha, se abstiene de todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible, pero nosotros, para recibir una incorruptible. Así que yo no corro sin tener una meta definida; no peleo dando golpes al aire; sino que golpeo mi cuerpo y lo someto a disciplina, no sea que, después de haber predicado a otros yo mismo quede eliminado.
1 Corintios 9:24–27 (RV 2020)
Correr y luchar en el estadio (coliseo romano) era con el propósito de recibir una “corona corruptible”, donde sólo uno (el campeón, vencedor) se llevaba la corona, Pablo manda que corramos para ganar nuestra corona (y luchar por recibirla); él mismo lo hacía con su vida, corría y luchaba con disciplina por ganar su corona, y no ser eliminado.
Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad, porque el ejercicio corporal sirve para poco, pero la piedad es útil para todo, pues tiene promesa para esta vida presente y para la venidera. Esto que os digo es muy cierto y digno de ser aceptado por todos. Y por esto mismo aún trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todas las personas, especialmente de los creyentes.
1 Timoteo 4:7–10 (RV 2020)
El crecimiento espiritual sólo se logra mientras “aún trabajamos y sufrimos”, esperando la salvación de Dios. Pero necesitas ejercitarte espiritualmente (para la piedad) que “tiene promesa para esta vida presente y para la venidera”, debes luchar como un atleta por su corona, pero legítimamente (2 Timoteo 2:5).
Dichoso el que resiste la tentación, porque cuando haya pasado la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman.
Santiago 1:12 (RV 2020)
Si amas a Dios y luchas por obtener tu corona, serás dichoso mientras resistes la tentación mundana, pasando la prueba de tu fidelidad a Dios. Él ha prometido la corona de la vida para ti que lo amas verdaderamente (no de palabras), recuerda que el amor debe ser sincero (sin fingimiento, Romanos 12:9).
Yo ya estoy próximo a ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, que en aquel día me dará el Señor, el juez justo; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
2 Timoteo 4:6–8 (RV 2020)
Recuerda, a través de tu fe en acción puedes llegar a sufrir por Cristo, también enfrentarte a las tendencias del pecado en este mundo, siendo victorioso (sin pecar); así, la corona de justicia será tu recompensa.
Pablo le dice a Timoteo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”, y por ello estuvo seguro de tener reservada su propia corona. Entonces, “no temas lo que vas a sufrir”, “sé fiel hasta la muerte”, que Jesucristo mismo te dará tu corona de la vida.
No temas lo que has de sufrir. El diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados, y tendréis que sufrir por diez días. ¡Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida!
Apocalipsis 2:10 (RV 2020)
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