La Cena del Señor
Mientras comían, tomó Jesús el pan, lo bendijo, lo partió y dio a sus discípulos diciendo: —Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa y habiendo dado gracias, se la pasó diciendo: —Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón de los pecados. Os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Mateo 26:26–29 (RV 2020)
En cada primer día de la semana (Domingo), la Cena del Señor tiene un mensaje muy poderoso para todos, nos dice muchas cosas. Se ha establecido un reino, porque dicha Cena debía celebrarse en el reino de Dios (Mateo 26:29; Lucas 22:29-30). El reino es la iglesia del Señor y ha sido establecido.
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Porque hay un solo pan, y aunque somos muchos, somos un cuerpo, pues todos participamos de un solo pan.
1 Corintios 10:16–17 (RV 2020)
Basado en la muerte de Jesús (1 Corintios 11:26), quien murió por los pecadores (Romanos 5:7-8), y significa que podemos tener vida en Él (1 Tesalonicenses 5:10). El NT se ha establecido (Mateo 26:28; Lucas 22:20), entró en vigencia cuando Cristo murió en la cruz, el primer pacto se ha desvanecido (Hebreos 8:7-13).
Por eso, Cristo es mediador de un nuevo pacto. Con su muerte ha obtenido la liberación de los pecados cometidos bajo el primer pacto, haciendo posible que los llamados reciban la herencia eterna que les ha sido prometida. Para que un testamento se haga efectivo, es necesario que se compruebe la muerte del testador, pues el testamento solo entra en vigor cuando muere el que lo hizo, y no es válido mientras el testador esté vivo.
Hebreos 9:15–17 (RV 2020)
La cena del Señor es un memorial para recordarnos la muerte de Jesucristo (1 Corintios 11:24-25). Debemos estar unidos (1 Corintios 10:16-17; 1 Corintios 12:20), porque el cuerpo es la iglesia (Colosenses 1:24). La unidad le agrada a Dios (Salmo 133:1-3). Y debemos esforzarnos por la unidad (Efesios 4:3).
Procurad mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un cuerpo y un Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la cual fuisteis llamados, según la vocación que habéis recibido. Hay un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, actúa por medio de todos y está en todos.
Efesios 4:3–6 (RV 2020)
Todo/a cristiano/a necesita hacer un inventario de su vida (1 Corintios 11:28; 2 Corintios 13:5) al participar de la Cena del Señor (un auto examen), sabiendo que Jesús vendrá de nuevo (1 Corintios 11:26), Él ha prometido volver (Juan 14:1-3). Y sabes que vendrá inesperadamente (2 Pedro 3:10).
Es verdad que la Cena del Señor tiene mucho mensaje espiritual para ti y para mí, de salvación para todos nosotros; debemos creer en su mensaje hoy, y examinarnos (probarnos) si estamos “firmes en la fe”.
Examinaos a vosotros mismos, si estáis firmes en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos? ¿No sabéis que Jesucristo está en vosotros? ¡A menos que no paséis la prueba!
2 Corintios 13:5 (RV 2020)
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