Vivir para Sus propósitos


Ahora está turbada mi alma. ¿Voy a decir: Padre, sálvame de esta tribulación? Pero si precisamente he venido para vivir esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: —Lo he glorificado y lo glorificaré otra vez. 

Juan 12:27–28 (RV 2020


Jesús oró el domingo antes de su muerte (el viernes), Él supo lo que le esperaba y estuvo dispuesto a hacer la voluntad de Dios (Hebreos 10:7); sufriría la agonía de la cruz, con todo el maltrato y castigo previos. Sí, esta fue la mayor prueba jamás enfrentada. 


Por lo cual, al entrar en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, mas me diste un cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: «He aquí, vengo, Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí». 

Hebreos 10:5–7 (RV 2020)


Y, a pesar de todo Su sufrimiento, Jesús siguió adelante por redimir a los hombres de su pecado. Él honró la voluntad del Padre y se sometió en amor a ser humillado, al horrible abuso físico y la crucifixión (Marcos 14:53-15:37). Hizo lo correcto, fue Su propósito.


Hagámoslo con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual para alcanzar el gozo que le era propuesto sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza que debía pasar, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió contra sí mismo tanta hostilidad de parte de los pecadores, para que el cansancio y el desánimo no se apoderen de vosotros. 

Hebreos 12:2–3 (RV 2020)


Sí, así fue con Jesús. Pero, ¿cuál es nuestro propósito mientras vivimos nuestras vidas? Algunos/as creen que el propósito de la vida es acumular tantos “tesoros en la tierra” como puedan (Mateo 6:19-21), viviendo por ello en codicias y ganancias, moldeando su actitud y desando ser “felices”. 


Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones y trampas, y en muchas ambiciones insensatas y dañinas que hunden a las personas en perdición y muerte. Porque la codicia es la raíz de todos los males, y muchos por ser codiciosos se extraviaron de la fe y así mismos se acarrearon muchos dolores. 

1 Timoteo 6:9–10 (RV 2020)


Otros/as siguen el placer como el propósito más elevado de su vida; y, su "dios es su vientre" (Filipenses 3:19). Buscando sexo, drogas y peligros extremos para tener las emociones que anhelan. Si no es placentero, no pierden el tiempo y lo evitan; viven con un agujero en el alma que intentan llenar, y, simplemente no pueden.


Hermanos, sed imitadores de mí y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo. El fin de ellos será la perdición. Su dios es el vientre, su orgullo es aquello que debería avergonzarlos, y solo piensan en lo terrenal. 

Filipenses 3:17–19 (RV 2020)


Para muchos/as la fama es lo mejor (Gálatas 6:3). Desean ser conocidos, comentados, amados, temidos, elogiados, seguidos, votados y más. Ellos/as buscan “seguidores” con algún genuino don, o a través de actos lascivos y/o violentos; tal vez así pasarán a la historia y nunca se detienen.


El que se cree ser algo, aunque no es nada, a sí mismo se engaña. Así que, cada uno examine su propia conducta y entonces tendrá motivo de jactarse, pero solo respecto de sí mismo y no por otro; porque cada uno asumirá su propia responsabilidad. 

Gálatas 6:3–5 (RV 2020)


Pero, ¿qué estamos dispuestos a hacer por nuestro propósito divino, de alcanzar la salvación eterna? Jesús estuvo dispuesto a dejar el cielo, vivir en la carne en esta tierra, sufrir mucho y morir terriblemente; soportó tanto por ti y por mí. Y, tú y yo ¿qué estamos dispuestos a soportar por Él?


Por lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas. Si el oro, que es perecedero, se prueba con fuego, cuánto más vuestra fe, que es de más valor, debe ser sometida a prueba. Así, al ser probada, vuestra fe se convertirá en motivo de alabanza, gloria y honra cuando se manifieste Jesucristo.

1 Pedro 1:6–7 (RV 2020)


Sí, ser cristiano y dedicar nuestra vida al Salvador no siempre es fácil, el enemigo intenta que nos rindamos, usa este mundo para devorar nuestras almas. Con las tentaciones apela a los deseos carnales, en las persecuciones infunde temor en cada uno.


¿Estoy dispuesto/a a negar mi carne para cumplir mi propósito? ¿Estoy dispuesto/a a soportar la burla, intimidación y sufrir por Él? ¿Estamos realmente dedicados, cumpliendo nuestro propósito eterno? Si no es así, considera el propósito de tu vida hoy: Dios te quiere con Él, salvo/a en Cristo.


Vosotros, que lo amáis sin haberlo visto, y que creéis en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso, pues estáis alcanzando la meta de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. 

1 Pedro 1:8–9 (RV 2020)


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