Actitudes necesarias


 

Y yo, de buenísima gana, me gastaré, y me sobre gastaré por vuestras almas, aunque al amaros más, sea amado menos. 

2 Corintios 12:15 (RV 2020)


Una actitud correcta es más que importante para nuestras vidas  (Proverbios 23:7), no ser como el avaro quien en sus pensamientos era uno y en su corazón otro en total diferencia. Nuestra actitud muestra cómo vemos, sentimos y pensamos sobre algo importante.


No comas pan con el avaro ni codicies sus manjares, porque así como son sus pensamientos íntimos, tal es él. «Come y bebe», te dirá, pero su corazón no está contigo. Vomitarás el bocado que comiste y habrás malgastado tus suaves palabras. 

Proverbios 23:6–8 (RV 2020)


Si miras a las actitudes de los cristianos en el siglo I apreciarás que son las que se necesitan hoy en quienes se llaman hijos e hijas de Dios y siervos/as de Cristo. Ya que en el ejemplo bíblico, ellos/as como cristianos/as “primero se entregaron al Señor” y luego a  Su servicio fiel (2 Corintios 8:5). 


Porque yo doy testimonio de que, conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, han sido generosos. Con insistencia nos rogaban que les concediéramos el privilegio de participar en este servicio para los creyentes. Y, sin nosotros esperarlo, incluso se dieron a sí mismos, primero al Señor y luego a nosotros, por la voluntad de Dios. 

2 Corintios 8:3–5 (RV 2020)


Y, es posible coincidir que hoy es muy difícil que cada persona se entregue real y verdaderamente al Señor, Pablo decía con placer: “gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas” (2 Corintios 12:15 VRV60) ¿Alguna vez nos gastamos en el servicio al Señor?


¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que habéis recibido de Dios y que está en vosotros, y que ya no sois dueños de vosotros mismos. Pues por un precio habéis sido comprados. Por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, que son de Dios. 

1 Corintios 6:19–20 (RV 2020)


El propósito correcto de nuestra existencia como hijos e hijas de Dios se basa en Su morada en nosotros, al hacer Su voluntad con nuestras vidas; no nos pertenecemos, se espera que glorifiquemos a Dios en cuerpo y en espíritu “… que son de Dios”.


Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que expone bien la palabra de verdad. Pero evita la palabrería profana y vacía, que conduce a una impiedad cada vez mayor. 

2 Timoteo 2:15–16 (RV 2020)


Esto requiere de decisión en “escudriñar las Escrituras todos los días” (Hechos 17:11), porque es la única forma de conocer la verdad, así mi fe no se basará en la sabiduría de los hombres (1 Corintios 2:5); antes, debemos “recibir la Palabra como Palabra de Dios" (1 Tesalonicenses 2:13).


También sabéis cómo os hemos exhortado y consolado a cada uno de vosotros, tal como lo hace el padre con sus hijos; y os hemos reclamado vivir como es digno de Dios, que os llamó a su Reino y gloria. Por todo ello también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, no la recibisteis como palabra humana, sino como lo que es en verdad, la palabra de Dios, que actúa en vosotros los creyentes. 

1 Tesalonicenses 2:11–13 (RV 2020)


Si hoy día las personas tuvieran una correcta actitud hacia la Palabra de Dios, tendrían éxito en lograr la obediencia al evangelio (Hechos 2:41), todo/a cristiano/a debe “estar listo/a" en llevar el fiel mensaje de salvación a quienes aun no son de Cristo (Romanos 1:15; 2 Timoteo 4:6-8).


Vigila atentamente tu interior, porque de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad de los labios. Que tus ojos miren lo recto y que tus párpados se abran a lo que tienes delante. 

Proverbios 4:23–25 (RV 2020)


Sí, nuestras actitudes son de mucha importancia para cada día como hijos e hijas de Dios, todos deberíamos “vigilar atentamente nuestro interior” para ver si hoy éstas son de vida en Él, como vemos a cristianos del primer siglo, ejemplo fiel para todos, hasta la venida del Señor.


Podremos preguntarnos aquí: ¿Cuál es mi actitud acerca de obedecer el evangelio de Cristo?, la respuesta sincera siempre dependerá de lo que estamos dispuestos a ofrecer al Señor, actitudes necesarias de nuestro servicio fiel por Su Nombre.


Yo ya estoy próximo a ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, que en aquel día me dará el Señor, el juez justo; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida. 

2 Timoteo 4:6–8 (RV 2020) 


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