AYUDA DE DIOS

Pero yo estoy pobre y afligido; ¡ven pronto, oh Dios, en mi ayuda! Tu eres mi ayuda; ¡eres mi libertador! 

¡No tardes, Señor! 

Salmo 70:5 (RVC)

Recibir ayuda es tan necesario y vital, más cuando solos no es posible. 

No podremos lidiar con la tentación y toda dificultad, sin Su ayuda no puedo. 

—> Busca la ayuda de Dios en toda circunstancia. 

—Me mantengo firme con Su poder y armadura. 

Por lo demás, hermanos míos, manténganse firmes en el Señor y en poder de su fuerza. Revístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las asechanzas del diablo. 

—Efesios 6:10–11 (RVC)

—Con el poder de Dios y Sus armas de justicia. 

… en la palabra de verdad, en el poder de Dios, con las armas justas, tanto para el ataque como para la defensa…

—2 Corintios 6:7 (RVC)

—Dios sabe librar de tentaciones. 

El Señor sabe librar de la tentación a los piadosos, y sabe también reservar a los injustos para que sean castigados en el día del juicio…

—2 Pedro 2:9 (RVC)

—Cuidado en fidelidad, bajo Su mano poderosa. 

Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 

—Juan 10:28–29 (RVC)

—Sabemos de Su cuidado y protección. 

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios lo protege, y el maligno no lo toca. Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero está bajo el maligno. 

—1 Juan 5:18–19 (RVC)

—Su paz nos guarda en Jesucristo. 

… y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. 

—Filipenses 4:7 (RVC)

Podemos llenar la Palabra de Dios en nuestros corazones: Dios nos ayuda. 

Él promete salvar, proteger, cuidar de nosotros. Le debemos fidelidad y amor. 

—> Dios me fortalece y cuida de caer, por salvar mi alma. 

Por eso, hermanos, procuren fortalecer su llamado y elección. Si hacen esto, jamás caerán. De esta manera se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 

2 Pedro 1:10–11 (RVC)

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