Cristo es mi fuerza

 

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13 (RV 2020)

Cuando necesitas recarga de tus capacidades para mejores condiciones de desempeño (en términos generales), buscas una fuente confiable de “carga”; para tu vida espiritual, el único que puede darte fortaleza (fuerzas) es Cristo.

Esta es la confianza que tenemos ante Dios por medio de Cristo. No que seamos capaces por nosotros mismos, como para pensar que es algo que surge de nosotros mismos; sino que nuestra capacidad es de parte de Dios, quien también hizo que seamos ministros capaces del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu, porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. 

2 Corintios 3:4–6 (RV 2020)

Dios desea nuestra salud espiritual y nos ayudará en Su voluntad. Él es quien nos hace capaces “nuestra capacidad es de parte de Dios”. Y Pablo menciona que esto nos provee la confianza ante Él por medio de Cristo, mi proveedor de fuerzas.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, es decir, a los que son llamados conforme a su propósito. 

Romanos 8:28 (RV 2020)

Su amor se convierte en mi diario vivir. En lo que haga por salir victorioso de las circunstancias difíciles (o duras) de la vida terrenal, dependo de Dios; nunca debería temer. Pero, debo amar a Dios correctamente, haciendo Su voluntad.

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días. 

Salmo 23:5–6 (RV 2020)

Si me encuentro en batallas difíciles sólo Dios me permite las condiciones favorables; Él da Su bien y misericordias hasta el día de la eternidad. ¿Cómo no buscar la ayuda necesaria en Él? Cristo me ayuda y da fuerzas en todo, Él me libra.

Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas, para que por mí se llevara a cabo la predicación, y que todos los gentiles lo oyeran. Así fui librado de la boca del león. 

2 Timoteo 4:17 (RV 2020)

Dios espera que mantengamos la confianza, el gozo y la esperanza de nuestra salvación, no porque seamos adecuados, sino porque sí podemos ser fuertes en Él. Las fuerzas son suyas y yo debo fortalecerme en el Señor, a diario.

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. 

Efesios 6:10 (RV 2020)

En Jesucristo puedo tener paz y ser libre de la obra malvada del mundo y sus condiciones de maldad que me aflige (Juan 16:33). Y seré librado de “toda obra mala”, preservado para Su reino celestial, glorioso y eterno. ¡Amén!

Y el Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. 

2 Timoteo 4:18 (RV 2020)

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