Conforme a Su imagen


 

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 

Romanos 8:29 (RV 2020)


Es la voluntad de Dios que los cristianos estén "de conformidad con la imagen de Su Hijo". Que seamos convertidos en su semejanza. Vamos a imitar a Jesús en nuestro carácter y conducta. Él habita en nuestros corazones a través de la fe; ya no vivir para nosotros, sino para Él.


Pido que, por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, os dé el ser fortalecidos con poder en lo más íntimo de vuestro ser; para que por la fe Cristo habite en vuestros corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor… 

Efesios 3:16–17 (RV 2020)


Cristo espera que nuestro carácter sea construido de acuerdo con la luz de Su verdad revelada. Nos dejó el ejemplo de Su carácter para seguirlo. La vida de Jesús muestra que podemos tener un carácter que agrade a Dios, en todo.


Pues ¿qué mérito tiene soportar ser abofeteado, por haber hecho algo malo? Pero si por hacer lo que es bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es meritorio delante de Dios. Para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por nosotros, y nos dejó ejemplo para que vosotros sigáis sus pisadas. 

1 Pedro 2:20–21 (RV 2020)


Mientras tenía oposición de los líderes religiosos en Israel, Jesús mantuvo un carácter impecable y vivió sin pecado (1 Pedro 2:22). Jesús es el modelo a seguir para dar forma y moldear nuestra vida espiritual a Su imagen. Sin pecado en Él.


Él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca. Cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente. Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, una vez muertos a los pecados, vivamos para la justicia. ¡Por su herida habéis sido sanados! 

1 Pedro 2:22–24 (RV 2020)


Mi carácter, valores, objetivos, planes y conducta se construyen con el modelo que Jesús nos ha puesto (Lucas 6:40). Con la esperanza puesta en Cristo y obediente al Evangelio ser sellados con el Espíritu Santo, para alabanza de Su gloria.


Así, nosotros, los primeros en poner 

nuestra esperanza en Cristo, nos convertimos en alabanza de su gloria. En él también vosotros, que habíais oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habíais creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. 

Efesios 1:12–13 (RV 2020)


Debo permitir los propósitos de Dios en mi vida, fiel en Su servicio, firme en Su fe. A través de Su Espíritu soy libre en hacer la voluntad de Dios, sin condena, ni error. Y mirando Su gloria reflejada, somos transformados por Su mismo Espíritu.


Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por lo tanto, todos nosotros, contemplando a cara descubierta la gloria del Señor, como reflejada en un espejo, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor. 

2 Corintios 3:17–18 (RV 2020)


Ser conforme a la imagen de Cristo es algo diseñado por Dios para Sus hijos, Emanuel ("Dios con nosotros") es el modelo. Dios no escatimó a Su Hijo para darnos todas las cosas; nos llamó a un destino eterno, justificó y glorificó en Él.


Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó. ¿Entonces, qué diremos a esto? Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 

Romanos 8:30–32 (RV 2020)


Entonces, con decisión de un carácter transformado a la imagen de Jesucristo, ¿cómo no decir con Pablo: “ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí”? Vivir en Su fe, y con Él estar crucificado. ¡Oh mi Salvador!, quien me amó y se entregó  por mí, por salvarme de condenación eterna.


Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. 

Gálatas 2:20 (RV 2020)


#losolivosiglesiadecristo

#losolivosidc

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sana doctrina apostólica

Feliz cumplimiento de nuestra esperanza

Mi sana comunión con Dios