El Hijo vino a buscarme y salvarme
El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lucas 19:10 (RV 2020)
Dios tuvo un plan en la eternidad al enviar a Su Hijo por ti, cuando Él volvía al cielo dejó el encargo de llevar el mensaje del Evangelio a todos y todas (tú y yo), hasta que regrese por nosotros. Todos somos valiosos para Dios.
Y les dijo: —Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo, mas el que no crea será condenado.
Marcos 16:15–16 (RV 2020)
El plan de salvación a lo largo de la historia bíblica demuestra el pecado del hombre, la Gracia de Dios, la fe en Su Palabra y la obediencia del hombre; un patrón que se repite mientras Él nos salva, Dios siempre requiere una fe consistente y obediente.
Y al que puede fortaleceros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero se ha manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a los gentiles para que obedezcan a la fe…
Romanos 16:25–26 (RV 2020)
Por la obediencia de fe del eunuco etíope se le permitió una vida nueva en Cristo, al ser bautizado (Hechos 837-38). Dios obra la salvación de igual forma si alguno(a) hoy desea obedecer y ser un(a) cristiano(a). A Dios, la gloria por siempre (Romanos 16:27).
Felipe, partiendo de este pasaje, le anunció el evangelio de Jesús. Prosiguiendo el camino, llegaron a un lugar donde había agua y dijo el eunuco: —Aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? Felipe respondió:
—Si crees de todo corazón, puedes. Él respondió: —Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Mandó parar el carro, descendieron ambos al agua y Felipe le bautizó.
Hechos 8:35–38 (RV 2020)
La iglesia del Señor (el reino de Cristo) se inició en el día de Pentecostés (50 días después de la Pascua, cuando murió Jesús). Donde Pedro, con muchas palabras llamaba a la salvación y los bautizados se mantenían fieles a las enseñanzas dadas por Jesucristo.
Con otras muchas palabras daba testimonio y los exhortaba diciendo: —Poneos a salvo de esta perversa generación. Los que aceptaron su palabra fueron bautizados. Aquel día se añadieron alrededor de tres mil personas. Se mantenían fieles a las enseñanzas de los apóstoles y en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Hechos 2:40–42 (RV 2020)
Aquél día se inició el reino de los cielos entre nosotros, el Reino de Cristo (Colosenses 1:13), al cual, los que obedecemos Su llamado somos traslados, “librados del poder de las tinieblas”, salvados; y el Señor es quien nos añade a Su Reino: La iglesia de Cristo.
Todos los días, con perseverancia y unánimes, se reunían en el templo, y partían el pan en las casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alababan a Dios y tenían el aprecio de todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía a la iglesia a quienes habían de ser salvos.
Hechos 2:46–47 (RV 2020)
Pero, ¿qué tan valiosos somos tú y yo para Dios?, fuimos parte de Su plan de salvación (desde la eternidad); y si fuimos extraviados en el pecado, sin conocerle y desobedientes, aún así, Su Hijo se hizo como nosotros para que un día tú y yo seamos semejantes a Él.
Y así, conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos, hasta llegar a ser semejante a él en su muerte…
Filipenses 3:10 (RV 2020)
Sí, la salvación fue diseñada para rescatar al pecador de la condenación de su alma. Dios pensó en mi rescate y en el de todos, los que creyendo y obedeciendo a Su Palabra vienen a Cristo; para una relación íntegra de amor, servicio, fidelidad y alabanza a Dios.
Esto es una imagen del bautismo que ahora nos salva, el cual no consiste en quitar las impurezas del cuerpo, sino en comprometerse ante Dios de tener una conciencia limpia. Y nos salva por la resurrección de Jesucristo, quien después de haber subido al cielo está a la derecha de Dios; y a él están sujetos los ángeles, las autoridades y las potestades.
1 Pedro 3:21–22 (RV 2020)
Pedro enseña que el diluvio universal sirve de imagen del bautismo que “ahora nos salva”, para alcanzar una conciencia limpia delante de Dios; salvados “por la resurrección de Jesucristo”, Él tiene toda autoridad y dominio eterno sobre todo poder; y, vino por salvarme.
Hoy, todos podemos elevar alabanzas al Padre celestial, dándole gloria al “único y sabio Dios” a través de Jesucristo, ¿por qué?, porque envió a Su Hijo “a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10): tú y yo.
… al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.
Romanos 16:27 (RV 2020)
#losolivosiglesiadecristo
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